-Ya se que no te gusta pensar en el futuro, pero... ¿Te haz imaginado en unos años?
-¿Cómo que en unos años? ¿a que te refieres?
-Si, que donde te ves en unos años, ¿en que parte del mundo? ¿que estarás haciendo?
-Pues supongo, pero no me gusta pensar en eso.
-Bueno pero dime... ¿te ves en unos años con él? Por que a mi tampoco me gusta pensar en el futuro, pero no puedo mentir y decir que no lo he hecho, la verdad es que no me imagino, ni donde estaré, ni que estaré haciendo, lo único que si me imagino, es que donde quiera que este y haga lo que haga... voy a estar contigo.
Ella no hizo ni un gesto, solo un ligero parpadeo, dio media vuelta y se fue, yo después de eso, solo le escribí una canción y nada mas.
-¿Y como le puedo ayudar?
-Vendame el suyo.
-¿Venderle el mío? ¿Qué esta usted loco?
-No, no estoy loco, vendame su corazón, yo ya he vivido mucho tiempo con un hueco en el pecho.
Me le quede viendo a aquel loco sin corazón, lo pensé solo un momento, creo que a veces puedo llegar a ser un poco impulsivo y le dije:
-Esta bien, ¿Cuánto cuesta un corazón hoy en día?
-Depende.
-¿De que depende el costo de un corazón?
-De cuanto espacio le quede aun.
-Mmm, pues creo que esta como nuevo, hace tiempo tenia uno de ballena pero lo cambie por este nuevo, por que era mucho para mi, ademas hacia mucho ruido.
-¡Ah! Entonces es caro... le ofrezco esta bolsa llena de sueños, una piedra y una engrapadora.
-¿Cómo? Creo que mi corazón cuesta mas que eso, ademas ¿Yo para que quiero una piedra y una engrapadora?
-No crea señor, hoy en día el soñar se ha vuelto muy caro, así que una bolsa llena de sueños vale mucho, la piedra es para que la ponga en el hueco que dejara su corazón y la engrapadora para cerrar la herida.
-Esta bien, me convenció, trato hecho.
Le dije y desde entonces vivo pensando donde andará mi corazón vendido, mientras camino por ahí con una piedra en el pecho y una bolsa llena de sueños, eso pasa cuando eres impulsivo.
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